Se me fugaron las musas
y ya no tengo palabras
Se me apagaron las voces
y ya no escribo mis versos
Se me agotaron las lágrimas
Se me acabaron las letras
Se me olvidó la alegría
Se me llenó de apatía
el alma turbia y obscura
Se me apilaron los nubarrones
Se me amontonaron los temporales
Se me perdieron las risas
y hasta las vagas sonrisas.
Se me acabó la poesía
Se me extravió la verdad
Se me apagó la bondad
y también la fantasía
Y si no hallo sinceridad
no es por no buscarla
Y si no tengo serenidad
no es por no desearla
Y aunque la vida si es una
mis apellidos son tantos
que recordarlos no puedo
Por cuantos siglos de angustia
Por cuántos eones de llantos
Por cuántas eras de culpas
Por cuántos gritos de espanto
Y sigo andando en tinieblas
Y sigo a ciegas mi rumbo
buscando empatias sinceras
y sentimientos
y emociones
y esperanzas
Y sobre todo esperanzas
buscando siempre esperanzas...
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