Latidos, destellos, miradas,
se fueron tan lejos las hadas:
Recuerdos de vidas pasadas
retazos de viejas tonadas.
Penumbras, siluetas, figuras
y sueños de breves culturas:
La magia que arropa ternuras
de abrazos que enlazan rupturas.
Las sombras que celan memorias
de risas, sonrisas y euforias.
Y el llanto... Que espanto
ese llanto
que vuelve y regresa
y se expresa
con furia de un cierzo glacial
que ensalza las ondas del mal
que hiela la sangre en las venas
con cuitas, dolores y penas.
Las deudas de un karma olvidado
me pasan factura al contado.
Y siento y presiento un pasado
que vuelve y regresa colmado
de vicios, errores y culpas.
No quiero añadir más disculpas
ni quiero fruncidos los ceños
de todo mi entorno social.
La vida no tiene final.
La vida es cadena de sueños
y somos los únicos dueños
de nuestra total realidad
de nuestra versión de verdad.
Sensaciones
emociones
decisiones
nos forjan futuros a diario.
Y con este corolario
me ausento en meditación.
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